miércoles, 28 de septiembre de 2011

martes, 20 de septiembre de 2011

Lección de Música.


Do,
re,
mi,
fa,
sol,
la,
si. 

¿Sí?
Sí,
mi
sol;
sí.


Tu cabello es una bandada de chupaflores,
tu cara es un espejo mágico,
tu sonrisa es un gol olímpico,
tu mirada es un 5 en álgebra,
tus manos son una par de mariposas,
y tus pies dos caballitos blancos.
Serías perfecta si tu corazón no fuera de piedra.



Jairo Anibal Niño.



lunes, 19 de septiembre de 2011

Mi fiesta.

Me dijiste,
que no irías
a mi fiesta de cumpleaños;
y saliste corriendo
por en medio del patio.

Yo me quedé
pegado a la ventana
mirándote,
mirando
como tu cola de caballo
espantaba una a una
las moscas de mis sentimientos.

Jorge Anibal Niño.

sábado, 3 de septiembre de 2011

Canción de la vida profunda.



Hay días en que somos tan móviles, tan móviles,

como las leves briznas al viento y al azar...


Tal vez bajo otro cielo la Gloria nos sonría...

La vida es clara, undívaga, y abierta como un mar...


Y hay días en que somos tan fértiles, tan fértiles,

como en Abril el campo, que tiembla de pasión;


bajo el influjo próvido de espirituales lluvias,

el alma está brotando florestas de ilusión.


Y hay días en que somos tan sórdidos, tan sórdidos,

como la entraña obscura de obscuro pedernal;


la noche nos sorprende, con sus profusas lámparas,

en rútilas monedas tasando el Bien y el Mal.


Y hay días en que somos tan plácidos, tan plácidos...

-¡niñez en el crepúsculo! ¡lagunas de zafir!-


que un verso, un trino, un monte, un pájaro que cruza,

¡y hasta las propias penas! nos hacen sonreír...


Y hay días en que somos tan lúbricos, tan lúbricos,

que nos depara en vano su carne la mujer;


tras de ceñir un talle y acariciar un seno,

la redondez de un fruto nos vuelve a estremecer.


Y hay días en que somos tan lúgubres, tan lúgubres,

como en las noches lúgubres el llanto del pinar:


el alma gime entonces bajo el dolor del mundo,

y acaso ni Dios mismo nos pueda consolar.


Mas hay también ¡oh Tierra! un día... un día... un día

en que levamos anclas para jamás volver;


un día en que discurren vientos ineluctables...

¡Un día en que ya nadie nos puede retener!



Porfirio Barba Jacob.



Con los mejores Deseos, para MZD.