martes, 30 de diciembre de 2014

¿Y yo qué soy lejos?
Un tributo al desamparo,
homenaje a noches frías
en un conjunto de camas solas
que se abren y tragan las
cenizas de nuestros cuerpos
húmedos, derramados uno en el otro,
tibios de esparcir lloriqueos cansados,
lascivos.

Esta mañana amanecí adherida a vos,
a tu vientre, a tus senos
bordados con un “no te vayas”
en forma de media luna
cosido por mi boca.

Esta mañana era tuya y blanda,
una maleable de tus canciones, de tus manos
rápidas que me sembraban movimientos
con las figuras de consuelos y perdones
por producir lejanías.

Esta mañana me pregunté:
¿y qué no soy cerca?
esta mañana era tuya,
era flor
era perra
era mujer
era guitarra
era toda
era viva.

Es de noche ahora en la ciudad
que llora a carros, a ambulancias,
a mugre y a estamos lejos.

¿Qué somos lejos?
dos extraviadas en cielos que
encandilan tus ojos míos
y mis ojos tuyos.

Esta noche somos impares,
esta noche somos insípidas,
esta noche no se compactan
las dos medias lunas del
mundo y de mi dios:
El cielo y tu cuerpo.
Esta noche no me tropiezo con vos,
esta noche no te tropiezas conmigo,

esta noche,

no te deslizas en mí.




J Clavélez.




miércoles, 17 de diciembre de 2014



Lloré mientras lamia su sexo
me derramé toda entera en su entrepierna
a mi juicio no hubo maldad
ni lujuria
ni sacudidas fuertes
todo se quedó en el cielo
en lo árboles y
en la lluvia
para mis ganas terribles no hubo ningún amante ardiente
nunca probé la dopamina tan de cerca
ni vi su rostro erecto
nunca me sangró la vagina y la nariz al mismo tiempo
si fallé fue por debilidad


es mejor ser cuidadosa
olorosa
y placentera
a los suicidas no los quiere nadie
o casi nadie


no suelo tener muchas ideas
pero la costumbre lo corta todo
una memoria con versos silenciosos
es tan mordaz como el hombre que siempre es poeta


he tomado duchas extensas con masturbación temblorosa
mí recuerdo está muy ceca de la muerte
muy alegado de los brazos de algún dios
muy cercano a los brazos de un borracho


aveces resuelvo volver a casa
y me doy cuenta de cuan débil es el carácter del clítoris
su forma asimétrica
su amor al pezón izquierdo



Lloré mientras lamia su sexo
me derramé toda entera en su entrepierna
a mi juicio no hubo maldad
ni injuria
ni sacudidas fuertes
mí cadera se ondeaba en el mediodía de un encuentro roto
y entonces decidí internarme en la histeria



Sofía (nadando en el mar)


Tomado de: http://nadanuncanadie.wordpress.com/page/5/

sábado, 13 de diciembre de 2014

Confesión


Esperando la muerte
Como un gato
Que va a saltar sobre
La cama

Me da tanta pena
Mi mujer

Ella verá este
Cuerpo
Blanco
Rígido
Lo zarandeará una vez y luego
Quizás
Otra:

Hank no
Responderá.

No es mi muerte lo que
Me preocupa, es mi mujer
Que se quedará con este
Montón de
Nada.

Quiero que
Sepa
Sin embargo
Que todas las noches
Que he dormido a su lado

Incluso las discusiones
Más inútiles
Siempre fueron
Algo espléndido

Y esas difíciles
Palabras
Que siempre temí
Decir
Pueden decirse
Ahora:

Te amo.



jueves, 27 de noviembre de 2014

27 de doliembre*****

De las desviaciones de la vida, del rumor de la ciudad,
del amor que se evapora, soy una hija de la vida
que no se enamora,
la tarde me aporrea,
quién soy,
la dormida, la lenta, cara lenta,
oídos lentos, manos lentas, píes lentos
dolores lentos y extensos
si no se va la vida, no me voy yo
si no se va, yo me quedo,
si se va, también me quedo.
(tragos lentos, lengua lenta, ojos lentos, vida lenta)
el aíre pasa y me borra, qué soy,
una mujer
una perra
una flor
una muerte parada al lado (lenta)
l e n t a.
I n t e r m i n a b l e.
T e d i o s a.
O p a c a.
Interrumpida. Alcanzada.
El rumor de la ciudad me llama por un nombre,
(no estoy)
tengo el cuerpo clavado en un charco sucio,
tengo la cara clavada en la pena.
Yo no soy, me hacen.

Tengo forma de cadáver,
no modulo,
no programo,
no respiro,
no sirvo.



J.Clavélez






viernes, 14 de noviembre de 2014

Dos cuerpos hacen una religión

Mi cuerpo es un templo
que sólo ella honra,
mi cuerpo es un templo
que se santifica cuando el arte
de sus dedos,
camina en él,
los rezos son sus besos,
y los cantos
son sus besos,
los milagros son su lengua
al tropezar con mis gemidos.

Mi cuerpo es un convento
Y ella es la monja y el
dios
mi cuerpo es un convento y ella,

mi única plegaria.



J.Clavélez feliz. enamorada.




miércoles, 12 de noviembre de 2014

La puerta

Abrí la puerta/amor mío
levantá/abrí la puerta
tengo el alma pegada al paladar
temblando de terror

el jabalí del monte me pisoteó
el asno salvaje me persiguió
en esta media noche del exilio
soy yo mismo una bestia

Ele como de La mentira

He escuchado las voces más bellas
salir de las gargantas más bellas,
situadas en las caras más bellas,
he estado bajo cielos con soles que
abrazan,
he estado en campos rodeados de campo
donde sólo se respira
campo,
he escuchado las voces más bellas,
las canciones más bonitas,
he pasado noches, y días, y noches y más días con
ángeles
que inventaron la palabra sexo
en vaivenes de pecados
por mi cuerpo.
He concebido a seres en el vientre
germinados por esas voces,
he escuchado las voces más bellas,
he escuchado las voces,
he escuchado los llantos de las voces más bellas,
los llantos más feroces
de las heridas más tristes
en los cuerpos más marginados.
He arrullado pedazos de seres
con pequeñitas frentes llenas,
manchadas por las inflexiones de la vida,
he visto los rostros más bellos,
las caras más bonitas
llenas de rasgos grandes,
como ojos grandes y bocas grandes.
He visto descender a las lagrimas más grandes
de los rostros más tristes
de los pedazos de seres más insignificantes.
He escuchado llantos,
he arrastrado vidas,
he arrastrado las más párvulas vidas,
vulgares, bastas.
Me han gateado por el cuerpo,
los más hermosos cantos, las más hermosas caras,
los más pavorosos
llantos.
He apretado las manos más suaves
en las tardes y en las noches más bonitas,
en la cima de los filos más bellos,
contemplando a las ciudades más heridas
con luces heridas, y con más gente
herida.
He sido bajo mantos hermosos,
he sido bajo mantos dañinos,
he sido escupida por los seres más falsos,
he lavado mi cuerpo bajo las lluvias de la vida,
he sabido compadecerme de la vida,
he visto nacer a la belleza de la vida,
he visto nacer a la vida.


Yo he caminado por la vida,
Yo me he asesinado,

por la vida.


J.Clavélez Triste.



Yo he caminado por la vida,
Yo me he asesinado,

por el amor*






martes, 11 de noviembre de 2014

Eme como martesdedolor*

Pasan siluetas de mujeres bajo paraguas
/no existen.

*
Pasa el humo tuyo dibujando
siluetas vagas por mi vida,
/me rectifica.

*
Se arrastran hasta aquí
imágenes de dos niñas en un bus
/conducido hacia un museo de amantes malos.

*
Un sólo relicario para ambos cuellos
/una se salva y la otra se salva.

*
Tengo la vida concurrida,
por la imagen de la vida
/la vida sólo sabe bailar en charcos
//esos charcos son mentiras.

*
No escribo
/nos nombro.






Soledad



Qué desdicha es estar sólo en un cine
sin una esposa, una amante o un amigo ¡donde las películas son tan cortas
y la espera es muy larga!
Qué desgracia siente uno

en esa privada guerra de nervios mientras descorteses parejas en el lobby del cine

se comen un pastel, avergonzados en una esquina como si lo que hacen fuera algo depravado...

Ultrajados por la desolación

ausentes de anhelos enceguecidos nos lanzamos a cualquier tipo de gente,

y nos subyugamos a amistades sin ningún valor que nos siguen hasta en nuestra propia tumba.
La amistad misma se convierte en algo sin sentido, para algunos es beber y beber,
o mostrar sus trajes de última moda,
mientras para otros
es discutir ideas supuestamente coherentes, pero si se mira con cuidado
todas tienen las mismas características. ¡Variados son los tipos de vanidad!
Primero una,
y luego aparece otra molesta amistad...


¿De cuántas he tenido que escapar?
¡la verdad es que he perdido la cuenta! ¿Con cuánta frecuencia en una nueva trampa
he dejado
olvidado mi abrigo de piel?

Oye tú, la libertad en una tierra sin nadie está más allá..
¡Pero quién demonios necesita de ti!
Tú eres seductora
sin embargo despreciable como una esposa infiel.

¿Y tú, mi adorada,
cómo te va?
¿Te has desprendido de tu presuntuosa vanidad? ¿A quién pertenecen ahora tus oblicuos ojos
y tus blancos y lujuriosos hombros?
Tú piensas que soy vengativo, sin duda lo soy, y que ahora me he transformado en un taxi
en una carrera veloz hacia alguna parte ¿pero si de verdad tengo prisa
en qué lugar voy a terminar? ¡Pero a pesar de todo, no puedo librarme de ti! Conmigo las mujeres se recluyen en sí mismas
sintiéndose bastante extrañas a mi lado.

Dejo caer mi cabeza en sus rodillas,
pero yo no pertenezco a ellas sino a ti...
No hace mucho cuando entonces salía con una muchacha en una derruida casa de la calle Sennaya,
colgué mi abrigo en unos patéticos cuernos de animal. Bajo una parte del árbol de navidad de luces radiantes, brillando como unas pantuflas blancas en miniatura,
se sentó una austera mujer
como si fuera una niña.

Fui fácilmente aceptado visitar esa casa
y yo me creía muy seguro de mí mismo de ser un muchacho totalmente a la moda.

Olvidé las flores,
pero llevé una botella de vino.
Ella permanecía silenciosa
y sus dos aros
dos transparentes lágrimas.
como huérfanos
relucían en sus rosadas orejas.
Y como una inválida, buscando incomprensiblemente algo, mientras levantaba su cuerpo parecido a una niña pequeña, dijo algo poco claro:

“Vete....
Por favor, no...
tú no eres mío
sino de ellas...”

Una joven muchacha me amó
de una manera violenta como una niña con sus cabellos colgando en la frente
pálida por el miedo
y unos ojos como pedacitos de hielo 
y pálida por su ternura.



Estuvimos en Crimea,
y la muchacha,
bajo las luces de unos relámpagos
de una noche de tormenta
me susurró al oído:
“¡Mi pequeño,
Mi pequeño!” cubriendo mis ojos con la palma de sus manos.

Todo allí alrededor era terrorífico
los truenos
y excitante,
el mar ciego y el sufrimiento mudo,
y de repente,
reaccionando con una intuición femenina,
lloró ante mí:
“¡Tú no eres mío,



¡Adiós, amor!”


¡No eres mío!

Soy tuyo, melancólico,
fiel,
la soledad
que se construye con todas las fidelidades es la más fiel.

Que ningún pedazo de nieve de tus guantes se derritan en mis labios para siempre.
Gracias a las mujeres
hermosas e infieles las que siempre fueron fugitivas,
las que sus “¡Adiós!”
no fueron “¡Au revoir! ”
las que en sus mentiras, de las que se sentían tan orgullosas pero sufriendo extasiadas, ellas nos dieron al mismo tiempo los bellos frutos de la soledad.


miércoles, 5 de noviembre de 2014

Alza tus brazos


Alza tus brazos,
ellos encierran a la noche,
desátala sobre mi sed,
tambor, tambor, mi fuego.

Que la noche nos cubra con una campana,
que suene suavemente a cada golpe del amor.

Entiérrame la sombra, lávame con ceniza,
cávame del dolor, límpiame el aire:
yo quiero amarte libre.

Tú destruyes el mundo para que esto suceda
tu comienzas el mundo para que esto suceda.



viernes, 24 de octubre de 2014

Entrada a la madera

Dulce materia, oh rosa de alas secas,
en mi hundimiento tus pétalos subo
con pies pesados de roja fatiga,
y en tu catedral dura me arrodillo
golpeándome los labios con un ángel.

Es que soy yo ante tu color de mundo,
ante tus pálidas espadas muertas,
ante tus corazones reunidos,
ante tu silenciosa multitud.

Soy yo ante tu ola de olores muriendo,
envueltos en otoño y resistencia:
soy yo emprendiendo un viaje funerario
entre tus cicatrices amarillas:
soy yo con mis lamentos sin origen,
sin alimentos, desvelado, solo,
entrando oscurecidos corredores,
llegando a tu materia misteriosa.


Veo moverse tus corrientes secas,
veo crecer manos interrumpidas,
oigo tus vegetales oceánicos
crujir de noche y furia sacudidos,
y siento morir hojas hacia adentro,
incorporando materiales verdes
a tu inmovilidad desamparada.

Poros, vetas, círculos de dulzura,
peso, temperatura silenciosa,
flechas pegadas a tu alma caída,
seres dormidos en tu boca espesa,
polvo de dulce pulpa consumida,
ceniza llena de apagadas almas,
venid a mi, a mi sueño sin medida,
caed en mi alcoba en que la noche cae
y cae sin cesar como agua rota,
y a vuestra vida, a vuestra muerte asidme,
a vuestros materiales sometidos,
a vuestras muertas palomas neutrales,
y hagamos fuego, y silencio, y sonido,
y ardamos, y callemos, y campanas…




martes, 30 de septiembre de 2014

30 de desmiembre*

El cuerpo que habito, me repele
la sangre que me recorre, me envenena
y los vicios, ya son alimento.

Me he ido horas dentro mío
horas en mares turbios
horas en mares groseros
horas en mares llenos de nada
horas en mares feos;

me he ido siglos dentro mío
y nunca he visto un barco 
por lo menos en busca de mi nombre,
ya tengo las uñas llenas con mis propias escamas
pero son escamas sin materia
                                   sin cuerpo
                                   sin química
                                   sin ca lo r.

He estado siglos dentro mío
y todavía no logro la cuenta de 
mi propio desagrado.
Tengo troncos de odio
             troncos de gentes
             troncos de mares en se qui as 

me he ido siglos dentro mío
y no tengo que correr
porque los besos que me
usan, siempre son cansados

y no tengo que hundirme, porque
ya no floto

soy tediosa
soy pesada

mi cabello es un nido
de un pájaro que algún 
carro atropelló

mi cara es una mueca
de una sonrisa que pretende

y mi cuerpo es una casa sucia
y mis manos y mis pies están sujetos 
a algo que no se nombra
porque no existe
porque no existeN.

He estado algo peor que viva
                                                O muerta:                  vi vi da 





J.Clávelez




sábado, 27 de septiembre de 2014

Todo es conjuro.

El ritual de destrenzarse el
cabello, preparar un café
y fumar un cigarrillo
tiene la connotación de mil
cabezas y caras en cada
remolino de los humos.
Lo amargo del café y el cigarrillo:
el dolor de todos los ojos
que la encuentran a una (pero una
estaba buscando sombras para
taparse)

La necesidad de fumar en cada uno de
los rincones crece cual metástasis del éter,
pero es una necesidad metafísica.
Es la necesidad de ver algo  f l u í d o (y contundente)
saliendo por la boca.

Cada cosa se ha vuelto progresivamente más
fuerte:
(los sin-sentidos, los sin-amores, los sin-sabores)
y cual hembra que cose, supe volver cada –sin-
en una cadena de hilos que van en
busca de alguienes que flotan por el cielo…
(esos alguienes tienen cara de enamoradas, siendo)

la necesidad de no ser crece más fuerte
que todo
y los rincones se van
volviendo más y más pequeños,
las cadenetas más y vas envolventes,
los amargos más y más  i n c o n s u m i b l e s.

El viento pasa y desorganiza el (des)orden.
El viento pasa y me (des)organiza.

Nada está sujeto.

La nada se va desdibujando-
Las palabras, apagando-
Los humos, dispersándose-

Nada está sujeto.
La (des)vida se va yendo…

Todo lo que antes era clave

hoy es conjuro.




J.Clavelez.