domingo, 18 de diciembre de 2016

Creo estar a la espera
triste
callada
quieta

pero

cuando alguien
no se habita
la concurrencia

es golpes.

J.C

En la tarde hice el amor con dios drogada y le eché un rezo.

Es testiga la noche y el vicio
de que la pegué a mí
con las lagrimas calientes de mi cuerpo
con el que la volví adicta
a chupar cerveza, humo
noche, sexo y desengaños.

Su piel borracha
sabe que necesita algo mío,
porque le gusta que yo le necesite toda,
porque le gusta
y a mí me gusta
y nos gustamos
y bailamos siempre
y yo sé cómo hacer para que llegue
muchas veces y a muchas partes,

y a sus ojos grandes les gusta llorar por mí
y su abrazo entero
sabe que le lleno el vacío
en el que mis vientos
saben hacerle llover tormentas
con los dedos.

Si un día ella se va,
la condeno.
Si se queda,
la condeno.
Si le gusta otra,
la condeno.

La condeno a verse perdida
en cualquiera de esos bailes
en cualquiera de esos ojos
en cualquiera de esos juegos.
La condeno a acordarse
de nuestra música con la que sabe
vibraba toda.

Nadie nunca la hará llorar más que yo
y obvio
no sólo en la cama;

han sido y serán siempre mis trampas

las causantes de sus gritos.


J.Clavélez......





domingo, 30 de octubre de 2016

A cuatro flores marchitas

would you be my Darling?

tal vez a veces,
una que otra canción
me trae tu cara en ese momentico antes
de darme un beso
o ver caer la noche juntas,
como si fuésemos un cuento
de ron y vino rosado donde
sonara una canción
en la que pienso
de vez en cuando,
cuando también me pongo a imaginar
que algún día te invito
otra vez
un rato
a caminar por la tarde
de ésta ciudad
vuelta una fiesta por
volver a verte caminar
en tu vestido que huele
a licor, música y desgracia.

A veces fumo yerba
y pienso en vos.

Clara
Sofía
Natalia
Mariana;

si pudieras repetirme eso
de lo poco que pude ver en tu boca
a contra luz fumando
el naranjado de un cigarrillo con que creo
me quemaste las ganas
y yo aún me siento herida,
como si fuera un poema de Chaparro
que dice que

“Son las seis de la mañana
y Tal vez esta vez de mi corazón
Salga una bandera de cuervos negros
Hacia tu corazón”.

Y que la bandera de tus pájaros
sean como sean,
al menos me ayuden a saber
que los cuervos míos
tocaran el cielo muerto
de tus flores
que aunque imposibles,
me gusta mirarlas
desde
lejos.


J.Clavélez.


De éste lado de las nubes.

Y de este lado de las nubes todavía es de noche
Tal vez sea necesario que todavía
Se derrumben muchos reinos

Tal vez sea indispensable
Que se derrame mucha sangre
Sobre los caminos remotos del mundo
Donde la hierba húmeda es confundida por el aliento frío de las montañas

Tal vez tus manos sean
Dos vidrios rotos

Tal vez tengas mi corazón lleno de balazos
De tus balazos

Tal vez sean las seis de la mañana y
En el otro lado de la mañana
Un enjambre de aviones invisibles
Se dirigen hacia el núcleo de los vientos
Para bombardearnos con botellas rotas
Dulces botellas rotas de licor

Tal vez esta vez de mi corazón
Salga una bandada de cuervos negros
Hacia tu corazón

Tal vez de este lado de las nubes alguien ha encendido
Los motores de viento
Los motores de humo
Los motores de cenizas
Los motores de fuego
Los motores de mis caballos transparentes
Que cabalgan sobre su cuerpo
Cuando tu sangre se haya
Infestada de peces de vidrio
Que se escabullen
Detrás del castillo precario
De tus huesos

Tal vez cerré los ojos
Y mi boca se llenó de tierra
Y el ruido de tu máquina de hacer perros rabiosos
Llenó de sangre la copa diminuta de los árboles
Del parque

Tal vez de este lado de las nubes
Las aves nunca vuelvan a ser aves

Tal vez de este lado de las nubes las nubes nunca más vuelvan
A ser nubes

Tal vez de este lado de las nubes
Mi corazón no es otra cosa
Que una mierdita muy triste

Que huele a maluco…”


R.Chaparro.

jueves, 8 de septiembre de 2016

Tres poemas para mi muerte.

1.


Cuando era pequeña
para decir que era de Medellín
contaba que había nacido
en la sexta y última ventana
del hospital San Vicente de Paul,

que mi primer viaje
había durado dos años seguidos,

que mi madre decía siempre otras cosas,

que yo era una bebé fea
que lloraba mucho
que una nana me drogaba

por las tardes

con jarabes morados
que casi como el vino.


Igual recordar la infancia siempre es triste,

yo ya casi no me recuerdo en el campo
pero escucho siempre esa música que rondaba
como si en la casa se estuviese llorando
para algo que estaba

lejos,

que estaba en carros de distancia
y que ese paisaje movido
con olor a gasolina
y pavimento caliente en el medio
era el momento más libre
de la cárcel que significa
haber vivido más bien poco años.


Pero una cambia mucho
y entonces cada cierto tiempo
como las caracolas de caparazón

las personas también nos pasamos la vida

mudándonos


de cárceles a cárceles…





“Y de repente dije: Esto es la vida.
Esto y no más. Palpé su forma cierta.
La adiviné mortal. El alma, alerta,
vibró un instante toda estremecida.

El rojo amor con honda sacudida
- oh vida, oh viento- abrió la última puerta.
Y allá, en el fondo de la estancia abierta,
brilló mi muerte entre la luz dormida.

Esto es la vida, dije, esto es la muerte…”
GAOS, VICENTE
2.


Y de repente
abrí los ojos
eran las 5 de la tarde,
sentí el sol
la piel caliente intensa contrastada con
el azul vivo, vivísimo de Medellín en Agosto,
sentí la droga en
el pulso acelerado
mío
el de ella
el de la otra gente,
mi sangre fue
el latido del metro
haciendo un pogo de yerbas quemadas
en mi corazón de 21 años
y quién sabe
cuántas lagrimas,
sentí el miedo y me ahogué
en mí,
en el bullicio,
en la absoluta y mísera caída
de sentir el vicio de escribir canciones desgraciadas
para ésta vida mía tan muerta,
tan estéril,

y de repente,

abrí los ojos y dije:

“ésto es la vida.


   Ésta es mi   m u e r t e  . . . 




3.


Todo un castigo gris
es tu valle
una sinfonía de construcciones,
puros ojos llenos de
huecos y heridas
que brota tu cemento.

Los pájaros lloran la ciudad
acompañando el barítono de los carros
y el ritmo de su marcha tóxica
alimentada de almas fieles
y pasos obligados por adoquines
puestos por máquinas con cara.

Los obreros muertos son la antimateria
que se reproduce en tu corazón
de vicios y edificios,
tu corazón de escombros florecidos de industrias
atropellador de sueños,
ciudad inducida y grosera
de plazas de marihuana,


Ciudad sicaria.



J . C L A V É L E Z .