miércoles, 6 de junio de 2018

Mami me mira a los ojos y no me encuentra


Por un lado dentro de mí
se encuentran siempre caminando
un montón de goticas rojas,
cada una con algún dolor de niña perdida.

Y siempre que estoy triste
o en vísperas de estarlo
resulta que yendo en mi bicicleta
aparecen otra vez unos pájaros muertos,
como si la carretera
muerta de humo
me cantara en los oídos:
mortecina, mortecina.
Qué pesar.
Mortecina, mortecina.
A llorar.


///


Llovizna fuera y dentro mío,
soy un pájaro muerto
de los que caen del cielo.
Mami me mira a los ojos y no me encuentra
sólo ve las jeringas negras que se clavaron en mí
que clavé en ella
en papi
en hermanitos
en todos.


///


Tus manos me alzaron ofreciéndome al cielo
a la vez que depositabas en mí
justo en el mismo beso
todas tus bendiciones y rezos
junto con todas tus agrieras de pájaro herido
por los balazos de mundo.

Todo tu perfecto dolor de hombre que ama
depositado en un mismo frasquito con tu sudor y enorme angustia
son el perfume hermoso que destilan los oleos que me regalas a diario,
cajitas con oleos y lagrimas de la virgen también atormentada
que parió Ésta medusa de jeringas agudas y crónicas.