domingo, 22 de julio de 2012

Diez y: (siete)

Uno.

Voy a coser cada recuerdo con puntadas muy pequeñas y pulidas
y se van a sostener todos tan juntos,
tan fuertes,
que podrán salir solos.



Dos.

Salieron a caminar los recuerdos
y aún no han vuelto.
No es tan tarde.
Estoy preocupada y digo en voz alta:
“no sé qué pensar”
y lo digo como un susurro,
casi in-oíble.
Lo digo tan bajo
que si no fuese porque vi
el movimiento de mis labios en el espejo,
lo hubiese confundido
con un pensamiento.


Tres.

Salí y pegué tu foto en
cada poste de luz que fue posible y yo
sólo sabia que eras tú porque los
únicos recuerdos que no cosí,
fueron el de los olores de mi vida.


Cuatro. 
No valieron cuantas fotografías
disolví por toda la ciudad/ en los carteles
no puse un teléfono, ni una dirección, ni si quiera un titulo de:
“perdidos”
¿los quiero encontrar?


Cinco.

Cambié de casa y de nombre.
No se van a quedar afuera por siempre.


Seis.

Descuelgo el paraguas que no
entra en las maletas y lo abro.
Caen los pétalos secos,
los pétalos secos de mis recuerdos.


Siete.

Desde que fuimos
lo que nunca más seremos, no había caído del cielo
más agua que la del rocío en la mañana.


¿Aún conservas mi foto?


J.C



martes, 17 de julio de 2012

Pájaro azul


Hay un pájaro azul en mi corazón que
quiere salir
pero soy duro con él,
le digo quédate ahí dentro, no voy
a permitir que nadie
te vea.

hay un pájaro azul en mi corazón que
quiere salir
pero yo le echo whisky encima y me trago
el humo de los cigarrillos,
y las putas y los camareros
y los dependientes de ultramarinos
nunca se dan cuenta
de que esté ahí dentro.

hay un pájaro azul en mi corazón que
quiere salir
pero soy duro con él,
le digo quédate ahí abajo, ¿es que quieres
hacerme un lío?
¿es que quieres
mis obras?
¿es que quieres que se hundan las ventas de mis libros
en Europa?

hay un pájaro azul en mi corazón
que quiere salir
pero soy demasiado listo, sólo le dejo salir
a veces por la noche
cuando todo el mundo duerme.
le digo ya sé que estás ahí,
no te pongas
triste.

luego lo vuelvo a introducir,
y él canta un poquito
ahí dentro, no le he dejado
morir del todo
y dormimos juntos
así
con nuestro
pacto secreto
y es tan tierno como
para hacer llorar
a un hombre, pero yo no
lloro,
¿lloras tú?



lunes, 9 de julio de 2012

Místico.


(...)

¿Es que la mar recuerda
a quien la camina?

Goteras de moléculas. Las chimeneas
de la ciudad respiran, la ventana suda,
los niños saltan en sus cunas.
El sol florece, es un geranio.
El corazón no se ha parado.


La otra


(...)

¿tan intrigante es mi vida?
¿Por eso agrandas tus ojeras?

¿Es por eso por lo que se alejan l~ motas de aire?
No son motas de aire, sino corpúsculos.

Abre tu bolso. ¿Qué es ese hedor?
Es tu calceta, asiéndose

asiduamente a sí misma,
son tus dulces pegajosos.

Tengo tu cabeza contra mi pared.
Cordones umbilicales, azulrojizos, lácidos,

chillan desde mi vientre, cual flechas, y cabálgolas.
O luz lunar, o enferma,

los caballos robados, las fornicaciones
circulan útero marmóreo.

¿A dónde vas
sorbiendo aire como kilómetros?

Lloran oníricos adulterios
sulfúricos. Cristal frío, ¿cómo

te introduces entre yo misma
y yo misma? Araño como un gato.

La sangre que fluye es fruta mate:
un efecto, un cosmético.

Sonríes.
No, no es mortal.



Soy vertical


Mejor querría ser horizontal.
No soy un árbol con raíces hondas
en tierra, sorbiendo minerales y amor materno,
refloreciendo así de marzo en marzo,
reluciente, ni orgullo de parterre
blanco de admirativos gritos, muy repintado,
y a punto, ignaro, de perder sus pétalos.
Comparado conmigo es inmortal
el árbol, y las flores más audaces:
querría la edad del uno, la temeridad de las otras.

Esta noche, en luz infinitésima
de estrellas, árboles y flores
han esparcido su frescura aulente.
Yo entre ellos me paseo, no me ven, cuando duermo
a veces pienso que me les hermano
más que nunca: mi mente descaece.
Resulta más normal, echada. El cielo
y yo trabamos conversación abierta, así seré
más útil cuando por fin me una con la tierra.
Árbol y flor me tocarán, veránme.





Metáforas


Adivíname: nueve sílabas
tengo, elefante, casa grande,
melón con sólo dos tentáculos.
¡Oh fruta, marfil, leño fino!
Dinero nuevo en este bolso.
Soy medio, escena, vaca grávida.
Comí muchas manzanas verdes.
Del tren en que voy nadie baja.

Solterona



Esta chica de quien hablamos
en un paseo de abril ceremonioso
con su último pretendiente
súbitamente se asombró muchísimo
del charlar de los pájaros
y las hojas caídas.

Así, afligida, ella
vio que los ademanes de su amante
agitaban el aire y se irritó
entre el caos de flores y de helechos
acres. Juzgó los pétalos
confusos, la estación ajada.

¡Cómo deseó el invierno!
Austeramente, en orden minucioso
de blanco y negro
de hielo y roca, todo deslindado,
de corazón a fría disciplina
sometió, exacto cual copo de nieve.

Pero he aquí: un capullo
de sus cinco sentidos de gran dama
una grosera confusión deduce:
traición intolerable. Que el idiota

se rinda al caos de la primavera:
prefirió retirarse.

Y rodeó su casa
de alambradas y muros impasables
contra el tiempo rebelde
tanto que nadie lo rompiera
con maldiciones, puños, amenazas,
ni con amor tampoco.

sábado, 7 de julio de 2012

Sobre Chagall


Duerme
Se despertó
De pronto, pinta
Toma la iglesia y pinta con una iglesia
Toma la vaca y pinta con una vaca
Con una sardina
Con cabezas, manos, cuchillos
Pinta con un nervio de buey
pinta con todas las sucias pasiones de una pequeña ciudad judía
Con toda la sexualidad exacerbada de la provincia rusa
Por Francia
Sin sensualidad
Pinta con muslos
Tiene los ojos en el trasero
Y es de pronto vuestro retrato
Eres tú lector
Yo soy
El es
Es su prometida
Es el tendero de la esquina
La vaquera
La partera
Hay cubos de sangre
Donde se lava a los recién nacidos
Cielos de locura
Bocas de modernidad
La torre en tirabuzón
Manos
Cristo
Cristo es él
Él pasó su infancia en la cruz
Se suicida todos los días
De pronto, no pinta mas
Se despertó
Duerme ahora
Se estrangula con su corbata
Chagall se asombra de vivir todavía.






"Cuando Chagall pinta, no se sabe si
mientras tanto duerme o sueña. Debe
tener un ángel en algún lugar de su 
cabeza" 

Picasso.




martes, 3 de julio de 2012

La gana hermosa

Ya casi, el 4 de algún marzo, de atrás, de adelante de hoy, las palabras encontraron venenos, encontraron silencio, el yo aquel y caímos en desencuentro, en la intolerancia del mundo tricolor lleno de sangre y cocaína.¿ dónde estas señora muerte?, mira que el niño no puede suicidarse, mira que escribo sin comas ni puntos, mira adentro, bien adentro, que esta vida de los hombres es un desconcierto. No te vayas no te vayas.


Vuelvo yo de oír puras complacencias, vuelvo sin mucho sueño, sólo porque ya han llegado las 4, la hora, según la legalidad, de estar en calma.


Atraviesa verticalmente todas las posibilidades de precocidad. Ya pagarás el precio: a los 19 años no tendrás sino cansancio en la mirada agotada de capacidad de emoción y disminuida la fuerza de trabajo.


Alguien que pasara ahora y me viera el pelo no lo apreciaría bien. Hay que tener en cuenta que la noche, aunque no más empieza, viene con una niebla rara. Y además que le hablo de tiempos antes y que... bueno, la andadera y el maltrato le quitan el brillo hasta a mi pelo.


Le gustaba ser mirada. No resistía que la tocaran. Ella fue hasta donde llega mi conocimiento, la primera del Nortecito que empezó esta vida, la primera que lo probó todo. Yo he sido la segunda.


Soy rubia. Rubísima. Soy tan rubia que me dicen: "Mona, no es sino que aletee ese pelo sobre mi cara y verá que me libra de esta sombra que me acosa"




lunes, 2 de julio de 2012

Ya no huelo a mí (qué onda)

Ahora
me va a dar por decirte que
si me despierto
y te busco
y me demoro horas, ya sé
pero de todos modos te
encuentro
¿Qué pasa?
pues que si
me toco te toco
y si
me huelo te huelo
y tu olor no se va
con nada
y si alguien me huele
sabe que
ya no huelo a mí (qué onda)
que ya no soy
del todo yo
sólo un poquito yo
porque te me metiste
adentro
y qué le hacemos
si me quisiste
si es tan rico
si te quiero
si me quieres
si te quiero
si te quiero.






Andrés Caicedo.




Y si alguien me huele sabe que ya no huelo a mí (qué onda)
La desolación claraoscura***