viernes, 6 de diciembre de 2013

La noche es una sensual


Acaricié ésta noche,
Pero sobre todo, ella está acariciando
mis píes y mis piernas
(saltó mi vientre)
lame mis senos,
desgarra mis senos
La noche sabe que es hermosa,
La noche sabe a jugo de yerba
¿yo le sé a la noche?
La noche tiene esa boca (agraciada)
y la lengua (como la de un gato)
es naranja, naranja es La noche,
como un atardecer pero permanente.
Encendida, La noche me enciende.
Es una Sensual.

Ella… ella tiene un vestido como gamuzado y
el color de su vestido es un secreto
la espalda es… La noche deja ver sus piernas con
vellos rubios,
La noche va descalza
y el color de sus uñas….

Esta noche, La noche baila,
O se droga o baila más o se duerme,
O es mía.

La noche tiene algo en su cuello
Algo que cuelga:
Mi lengua
(la pruebo)
La noche sabe a mujer (a una mujer bañada en jugo de yerba)
La noche tiene algo dibujado
bajo su ombligo,
(dos ojos rojos y no de llorar)
(mis ojos)
Hay algo entre sus piernas…
pronto
respiraré dentro el vientre de La noche.

-

La noche deja entrever un nombre (su nombre)
el nombre de La noche está en el fondo…
y tiene forma de mano o de…
Día

La mano de La noche juega con el Día
y hacen figuras como de dos cuerpos
y esos cuerpos hacen el amor…
La noche atraviesa la ventana
y posa su cuerpo a contra luz
y se pronuncia.

-

La noche llora un poco
y su llanto es abismal
El abismo de la noche tiene un dolor:
La noche duele a pecados.
(el pecado de su voz)

La noche llora ésta noche por que
a pesar de todo,
aún no encuentra
con quien Amanecer.



(la noche y yo, aún no te encontramos)



J. CLAVELEZ




domingo, 27 de octubre de 2013

10 de junio, 2013.

haces rodar la llanta, un pedaleo más, y es imposible no pensar que:



Y ya no controlas tus pies
Solo no los controlas,
Ni tus manos,
A ellas tampoco

Y ya no te cansas
Porque
Llegaste al momento en el
Que descubres que
No es sudor lo que te
recorre el pecho,
Lo que recorre ese cuerpo
Al que le generaste vida propia,
Luz propia,
Eso que moja son
Las lagrimas
Porque después de todo
Ya vas
Volando,
Ya vas fumando ese montón
De gas que te cubre,
Vas fumando
Las nubes,
Estás
Tan alto que
Las lagrimas podrán llegar al punto de
Evaporarse
Y cierras los ojos, porque
Te has convertido en mecánica,
En artificio,
Olvidas el estruendo del suelo,
De los días
Y puedes seguir olvidando,
Olvidas qué eres
Porque…
Eres tu final,
Eres sentencia,
Eres tu
Sentencia.

Y te sentencias a la fiesta.

Y la fiesta es un mar,
El mar en el que te hundes.

Empiezas a ser cósmica
Porque eres
Aíre,
Carne,
Tierra,
Mar,

Vas a extinguirte jamás.
Te sumergiste,
Sumergida,
Sumergida,
Te
Reavivas.

Y esa agua es un reflejo,
Eres el cuerpo y el reflejo
miras por el espejo
O tras el espejo
O a través del espejo
o imaginando un espejo

te miras en el espejo y
por
primera vez,
te
re conoces.

Y puedes ser sólo cabello,
Puede pertenecerte solo una gajo de cabello trenzado,
Como la cola de una sirena,
Incluso puede nada pertenecerte
Pero
Está la certeza, de ser perdida
Te perdiste de alguien,
Y eso es lo único que asegura,
Es ese el significado de que nunca
Volverás  bajar,

Porque
no hay más abajo
Te alistaste para llegar al fondo
Y el fondo te acoge,
ésta vez,
Has cambiado tu rumbo,
Ya no das tumbos hacia fuera,
Ahora,
Nadas hacia
Dentro.
Tan adentro,
Que
Escarbas,
Te escarbas.

has sabido cómo
purificarte

te has bendecido,
ahora,
eres un ser excepcional,
sin herencia,
sin antepasados,
tus dos manos forman una cadena
y tus dos pies,
la cierran.


J.C



lunes, 5 de agosto de 2013

Me abrazaron desde atrás.

En este poema fuimos felices
Jesús, Josué, Daniel y yo,
mi segunda novia y mi mejor infancia
se dejaron tocar por estos dedos.
Mi primera borrachera
y el primer viaje marihuano me abrazaron desde atrás
cuando todavía me olían las manos a inocencia.
Aquí encontraron espacio las lágrimas más amargas
que nadie vio jamás
porque yo no lloraba nunca.
Se rompió en este poema
la duda de a dónde diablos iba cargando con tanto sin darme cuenta,
aquí existió un infierno del que nunca supe
por estar siempre de rumba,
de aquí se escapó el cielo cuando
conoció nuestra tristeza.
Nosotros los tristes,
los amantes,
los niños gritones.
Nosotros los amigos que se besan entre
rincones y luces,
nosotros los dulces mediocres,
los viajeros,
nosotros los de la noche
bañados de sudor de tanto reír y reír
como si las estrellas no estuvieran ya lejos.
Nosotros la memoria de los mismos poemas
que miramos con odio.
Nosotros bailarines de todas las canciones
que se han tocado en esta tierra.
Nosotros los cantantes de media noche,
parados en la calle, temblando de frío,
extrañando a nuestras madres.
Oiga, oiga bien lo que le digo,
no sé nada de dioses,
pero mis amigos deben ser alguno,
mis noches deben ser inmortales,
mi dolor debe ser celestial incluso cuando me tumba
y me patea, cuando me hace escupir barro
y escribir con odio.
Venga, por favor, y abra esta botella
para que se espanten los fantasmas del mundo.
Venga, por favor, y ayúdeme a salir de esta amargura
que me tiene cogido desde hace tanto.
Venga, por favor, y dígame que me ha entendido,
que en lo más hondo del corazón algo le dice
que aún hay ternura.
Dígame que son dulces mis ojos cuando miro
los árboles, que el cabello tan largo debe significar algo,
que seré un hombre viejo cuando acabe esta fiesta.
Dígame que el mar está al otro lado de esa montaña
y que si quiero marcharme el camino vendrá conmigo.
Dígame qué sabe usted del amor,
cuántas veces se ha perdido en la madrugada,
cómo sonríen sus amigos cuando nadie los mira.
Dígame algo, por favor, algo que me ayude a largarme de este
poema donde están todos los que alguna vez me quitaron vida
y me llenaron la mirada de alegría,

los que cambiaron de orden mis pasos
compartiendo conmigo la cerveza,
el ron, el pan, la cama y la sangre.
Los que me abrazaron hace años.
Oiga, escuche bien lo que le digo, en este poema
estamos juntos, la vida, el dolor y yo.



http://www.lospoetasdelcincoeditora.blogspot.com/2013/08/version-para-blog-un-hogar-entre-las.html

lunes, 29 de julio de 2013

La tierra es como un niño que sabe poemas, muchos, muchos...

En tu riqueza luces vestido sobre vestido
alrededor de un cuerpo hecho tan
solo de esplendor,
pero a la vez cada uno de
tus pétalos
es como un negar y rehusar todo ropaje,
A través de los siglos nos llega
tu perfume,
llamándonos con sus nombres
más dulces,
de pronto descansa como un
(   ) en el aíre
pero no lo sabemos nombrar,
lo adivinamos...
y va a incorporarse a él el recuerdo
que suplicamos en las horas
de evocación.

Oh tú, entronizada, para los antiguos
eras un cáliz de borde sencillo.
Para nosotros eres la flor plena e infinita
un objeto inagotable.

He
de evocarte ahora
todavia una vez, y mostrarles,
sustraída,
la hermosa compañera del grito
incallable.


Rainer Maria Rilke.



jueves, 25 de julio de 2013

Nebulosas tatuadas por su cuerpo.


Mi cualidad es callarlo todo, como una muerte
mi cualidad es estar a un lado como la vida perdida
mi cualidad es descubrir la incertidumbre (tu incertidumbre)
mi cualidad es asomar a la ventana y sólo ver pasar señoras gordas con sombrillas
que no alcanzan a proteger de la lluvia sus
prejuiciosos cuerpos llenos de estrías
causadas por parir cuantos hijos hayan sido la voluntad de nuestro señor.

Mi cualidad es una tarde de cielo completamente gris con
mujeres gordas que se sienten incomodas porque sus medias están mojadas
y es posible que empiecen a heder sus pies.


Las gotas de la ventana intentan dibujos de algún rostro,
yo no intento dibujar nada;
llevo varias noches intentando escribir algunos cuentos
de algunas mujeres a quien amo pero
no tengo cerca.
Tu incertidumbre es una tarde de cielo completamente gris
en la que suenan canciones de Pink Floyd e intentas encontrar una para
regalar a una mujer de cabello corto y negro que prometió hacer magia
aun sin saber algún truco de memoria.


La incertidumbre es una tarde de cielo completamente gris
a la que su mañana soleada de cielo blanco y azul
prometía mil trucos, mil canciones, mil fotografías.

La incertidumbre es una tarde de cielo completamente gris
en la que uno cierra los ojos y le es imposible no imaginar las curvas anchas
de una mujer blanca con nebulosas tatuadas por su cuerpo.


La incertidumbre es una tarde de cielo completamente gris
a la que su noche quizá más fría, no promete absolutamente nada.
La incertidumbre le llena a uno la cabeza de conversaciones inventadas
que en las tardes de cielos grises,
o en las mañanas soleadas,
o en las noches frías,
nunca son.

La incertidumbre son las frases que llevan casi un mes escritas
en una libreta que llevabas en el bus camino al teatro o a la fiesta.
La incertidumbre son las manos que no te toman las manos
estando tan cerca.

La incertidumbre es el olor a un café al que le pusieron azúcar.
La incertidumbre es el café que te preparas para sustituir los abrazos que te prometes con alguien y que nunca llegan.
La incertidumbre son las personas que pasaron por el frente de
tu casa y robaron cuantas flores pudieron con la excusa de no saber plantar las propias.
La incertidumbre es olvidar la incertidumbre que te lleva matando ya hace un tiempo cada vez que esas manos que están tan cerca deciden tomar las tuyas
únicamente por el hecho de estar ebrias.


La incertidumbres es leer el Pájaro Azul de Bukowsky y saber que
incluso él escribió poemas de amor a damas que sabrá quien cuanta incertidumbre le causaron.

La incertidumbre es no saber si enviar o no enviar palabras,
es no saber si enviar o no enviar sonidos,
es no saber si enviar o no enviar símbolos.
Es no saber.
La incertidumbre es no saber si empezar a tomar ya el café que preparaste porque quizá está hirviendo aún, es mirar la fotografía de los pies que le pertenecen a las manos ebrias y quedarse sumergido tanto tiempo que el café se enfríe.

La incertidumbre es un café frío.
La incertidumbre son las ganas de tomar un café que no hayas preparado tú mismo.


Tu cualidad empieza donde lo hace mi incertidumbre...


J. C


(tierra)


martes, 23 de julio de 2013

lola porque estás sola.

Qué bien te sienta la tarde
con lo que ha llegado hoy a nuestro jardín de mármol,
de líquenes buscando limoneros con aullidos milenarios,
han venido picarazas
a peinar con su canción el cabello sonrojado
y mustio del crepúsculo caído donde mora el desencanto,
todas las horas jadean
si el ocaso no se está en tus ojos desangrando
y los párpados bostezan y enmudecen como mirlos desolados,

sola queda la cañada
y embriagados los infiernos de mi olor,
y será fiero el futuro que castigue,
que descubra en ceniceros lo que no te dije,

voy a desligar las tibias de este diábolo sombrío
que hay veces que no se acuerda
de que sigo siendo un niño,
y sé que no habrá sedales cuando te hiera mi ausencia,
ojalá me quieras libre, ojalá me quieras,

acuérdate del tragasables que tus lunas derritió
con su forja miserable,
apiádate de los zarzales que tan huérfanos dejó
junto a humeantes panales,

voy a desligar las tibias de este diábolo sombrío
que hay veces que no se acuerda
de que sigo siendo un niño,
y sé que no habrá sedales cuando te hiera mi ausencia,
ojalá me quieras libre, ojalá me quieras,
yo te querré deshecho, te querré en la roca viva,
te querré en todos los versos
que no quieran tus pupilas,
yo te querré en la acequia, te querré en la cumbre fría,
te querré cuando el fantasma de tu voz venga a por mí.



revelaciones hermosas.

miércoles, 12 de junio de 2013

Como si me buscaras.

Te vi otra vez
como si me buscaras

no estás tan loco ahora
como la otra vez
que le decías a la gente
en la calle
“Cara de loco, pero buena gente”
cuando paseabas conmigo
me hacías reír
y decías cosas que nunca escuché después
eras eres único

yo también estaba loca como tú
pero ahora estamos menos locos los dos
dejamos la piedra
nos arreglamos
solo ganjha
pero sabemos que estamos manchados
los manchados son la belleza, señora,
Baudelaire tenía razón
el pueblo odia la belleza
¡y como te han odiado a ti y a mi
por ser heridas bajo el sol!

Te vi otra vez
estabas menos loco
y me dieron ganas de ser feliz.

Ricarda Rebol

domingo, 26 de mayo de 2013

Diario de un amor que nunca acaba.

¿Cómo no creer en el amor a primera vista,
si de pronto existe Flower Tucci?
Y en los milagros, joder.
También se puede creer en los milagros.
Y en odiarte eternamente a ti,
que ahora paseas tu glamour de mercadillo
con un guapo de esos que no envidio.
Guardo aún con cierto cariño
la primera foto que me regalaste:
Tan bella, tú, mirando al horizonte
como si esperaras a alguien
que nunca fui yo.

Querido diario:
Ya no la echo de menos,
pero si la pienso conmigo
me echo de menos a mí.
Y eso sí que es un desastre.

Pensaba que....sonaba Aerosmith, creo.
La de "Crazy".
Tenía yo edad de matar y salir absuelto.
Y una chica a la que llamé amor platónico
me dejó por un chico al que apodé cabrón de mierda.
Fue en un baile.
Yo sólo movía un pie,
el resto era una fiesta.
A la mañana siguiente ganó el comunismo en la luna
y no salió el luto de mi corazón en las noticias.
No se si era Aerosmith o aquella de Bon Jovi, "Always".
Una fiesta, en serio.
Quién lo diría sin tu sonrisa.

A primera vista el amor existe, en serio.
Se quita toda la ropa
y en un primer plano sale su coño
y su culo.
Mientras yo, que soy un romántico,
me corro pensando en sus ojos.
Maldito diario:
El verano me ha pillado por la espalda
y tengo frío de no tenerla
entre mis brazos.

De la primera que me diga cariño y no me cobre.
De esa me enamoro esta misma noche
y le muestro como se llega al corazón
sin atravesar la piel,
Al orgasmo, sin rozar los labios.

Sin apenas mover la boca, me decía:
- Fóllame.
Luego daba un salto digno del circo del sol
y me follaba ella.
Y el amor era aquello que se me quedaba en la boca
después de lamerla durante horas.
Y "cariño" la palabra prohibida
y "orgasmo" su nombre y el mío
bailando en la misma frase.
Decía que... cuando me dí cuenta
que esperar era de cobardes,
cogió el atajo más cerca que tuvo al olvido
y me rompió el espejo.
Y ahora para verme guapo
Tengo que sonreírle al póster de Marilyn,
que era una mujer de esas
que existen porque nos lo contaron.

Anochece,
las perchas desnudas en el armario
reclaman tus vestidos de flores.
Coloco tu inicial sobre el polvo del mueble,
para que esta casa no te eche de menos
mientras no estoy.
Cierro despacio,
el desamor extinguió aquellos portazos
de los que nos arrepentíamos entre besos y mordiscos
cuando la cama era una orgía de nosotros.
La calle se abre a mi paso para no rozarme.
Te imagino allí, en cualquier sitio,
con tu nuevo peinado y tus mentiras a medias.
Con tus verdades que duelen
Y tus silencios que hablan.

Te imagino allí, en cualquier sitio,
acariciando a un gato o cosiendo un botón.
Planeando con el chico guapo
aquello a lo que te rendiste conmigo
por miedo al abandono.

Te imagino allí, en cualquier sitio.
Y no quiero encontrarte.

Jodido diario:
Me bebí la última, tres veces.
Y vomité su nombre.

Y sin embargo, ya ves,
aún me queda toda esta nostalgia dentro.

Lo que dura un poema.

No sabe lo que quiere,
pero de saberlo
tampoco me querría a mí.

No soy de esos hombres que sonríe en las fotos,
tengo esa mueca afligida de quién viene de un entierro,
una nube gris de aquellos a los que el amor
les llovió en verano para joderle el clima.

Y ella no sabe lo que quiere,
aunque a veces,
debajo de su vientre haya certeza de un algo
que se parece al deseo.

Mujeres a las que las promesas,
les dura un orgasmo.
y la duda una vida.

Mujeres que aprenden idiomas
para que mandarte a la mierda
no te resulte ofensivo.

Así es.

Hola soy el chico aquel ya sabes...
Y no estoy es triste
esta es mi manera de ser...
Si soy sin ella.

Creo que he hablado otras veces de Mery sue,
Mery sue es...
¿Sabes cuando un dentista te anestesia una muela y toda la boca se te duerme?
Pues ella hace lo mismo
pero con el corazón.

La miras y ya no sufres.

Te olvidas de ella
y de la otra ella, si hay otra,
se pluraliza el olvido si Mery sue,
hace con su falda vaquera el viejo truco
de hoy no me he puesto ni las bragas.

- Los borrachos siempre dicen la verdad. Decía.
Y después de la cuarta copa dijo te quiero.

A la mierda otro refrán. Así de fácil.

Y es que hay palabras que pesan más que un hombre.
Si por algún casual yo soy un hombre
y tu palabra.

Y no, no es que me guste estar solo,
es que ya no se estar con nadie.
Que no seas tú.

Que triste, que la tristeza,
se parezca tanto a no lamerte.

O que el odio y las canciones del verano,
sean tan compatibles.

Que triste que el amor
no dure siempre.
O que "siempre"
le sea infiel al diccionario.

Mery sue...
como el segundo antes del beso,
cuando los labios aún desconocen
que lo intenso era el preludio.

Y ahora no sabe lo que quiere,
aunque ayer me quería hasta la muerte
- Mas que al mar incluso. También dijo eso.
Más que a dios y al diablo si existieran,
más que al hijo que tendremos te lo juro.
Y pintaba el futuro con los dedos
manchados del amor que nos unía.

Pero hoy ya no sabe lo que quiere.
Y de saberlo,
tampoco me querría a mí.

Ahora mientras su rechazo vuela por encima de mi cabeza
con complejo de bala,
Mery sue, se ata una cola bien alta en la cabeza.
Y en la distancia (la justa)
me sonríe.
Y todo mi dolor dura un poema.

Este.


Terranova.

Suelta una nube de humo
(Creo que no podría estar con una mujer que no fume)
Parece que se ha tragado Londres,
Glasgow, o la misma Minsk
y las vomita sobre el aire
y el aire, me enamora.

Porque el aire, el que me importa,
solo entiende de ciudades
si es su garganta quien las crea,
si es su falda la que se levanta.

Dicen que en Terranova,
el lugar con más niebla del mundo,
es tan importante la belleza,
como aquí el intelecto.
Que allí además de esas tetas
tendrías que saber hacer una ecuación perfecta,
sobre lo que te quiero
y lo que te querría,
si te dejaras querer
como quisiera.

Fumar se parece muy poco a la muerte cuando lo haces tú.

Mañana llueve o eso dicen,
pienso en Mery sue,
tengo la costumbre de asociar
su rostro a cualquier tipo de humedad.

Le dije - Tengo que alejarme-
Y ella, que lo más cerca que me tuvo no fue dentro,
me dejó marchar.

Uno sabe cuanto te necesita una mujer,
cuando en lugar de echar de menos lo que fuiste con ella,
ella echa de más aquello que fue contigo.

Y ella fue nada.
Y yo hambre.

Y tú humo.
Ciudades una tras otra desde tu boca,
al mundo.
Ahí parada esperando el desamor de tu vida,
con la misma seguridad con la que se espera un taxi.
Besando filtros desnudos de carmín,
alimentando el morbo con tus pisadas
de estas calles fetichistas desde que vieron
que caminar si lo haces tú
es danzar con los bordillos.

Cómo decirte sin que suene a súplica
Que soy un poco menos hombre desde que no me miras,
bastante más estúpido desde que no me tocas.

Que floto en las ciudades que salen de tu garganta
para no sentirme extranjero de nuestro propio mundo.

Cómo decirte sin que suene a masoquismo
que deseo que te claves en mí
como un calendario en la pared
y me duela,
como duele el silencio en los orgasmos
cada día que no pases por mi boca.

Decirte que he vuelto a fumar
y que conmigo el tabaco se parece tanto a morirse,
como tu ausencia.

Decirte sin joderme el orgullo
que cada vez que te quiero y no estás
te odio y me encuentro conmigo.

Y estar conmigo ya sabes,
se parece demasiado a estar sin ti.

Y fumo.

Terranova, un lugar donde para amarte,
tendría primero que desnudar al viento
y tú no te quejarías de lo mal que miro a los ojos
después de un beso.

Un lugar donde buscarnos a tientas,
hablarnos a roces,
mientras las calles nos tragan
y cada metro de distancia
sea nostalgia entre nosotros.

Un lugar que ahora, después de tu última calada
has inventado desde tu garganta al mundo
y que se esfuma,
poco a poco,
como mi vida.

Ernesto Pérez Vallejo.


sábado, 25 de mayo de 2013

Me follo tu ausencia. Dos veces.

No es que esté despeinada,
se peina así a conciencia
y está tan guapa
que hasta crea una moda en el barrio,
aunque claro las demás solo parecen
que se acaban de despertar.
A ella el flequillo no le cae por la frente
simplemente se le lanza con descaro
a acariciarle la mejilla.

La primera vez que la miré
pensé que mi corazón se había convertido
en una cajita de música.
No se que melodía trataba de tocar
pero la vida,
la misma que era una mierda cada mañana
se convirtió en un baile.

Cada vez que no apareces por mi sueños
yo los llamo pesadillas.

Si ella supiera, ella,
que se traga todo el paisaje con su presencia,
que yo, que no soy nadie,
la amo,
seguramente pasaría por mi lado con la cabeza más erguida,
con un botón de más abrochado
y no movería el culo como ahora,
como una ola que nunca rompe.

Ella solo sabe que si no anda más deprisa,
quizás pierda el autobús,
que no se puede permitir un taxi,
que en la próxima esquina está el hombre que la mira raro
que necesita un cigarro,
un beso
y otro café.
Ignora que yo la llevaría en brazos al futuro,
que si me dice - Hola-
solamente hola,
me temblaría tanto su palabra en la boca
que le haría un ático en mi sonrisa,
un estanco en el centro de mi pecho,
un café de dos suspiros
y el amor si hiciera falta
en la esquina que ahora dobla sin mirarme.

Cada vez que no apareces esta ciudad
se parece demasiado a estar conmigo
y estar conmigo se parece demasiado a estar sin ti
y estar sin ti se parece demasiado a esta ciudad.

Silbo, el último eco de la canción de mis latidos,
mastico el perfume que has dejado sin saberlo,
me follo tu ausencia. Dos veces.
Memorizo los colores de tu ropa,
imagino como duermes abrazada
a las promesas que te hiciste de pequeña
y te haces una bola en el colchón
y ruedas desde tu almohada
a este poema.

Y te sienta bien, el verso,
casi tanto como el pantalón negro
con la camisa blanca,
que sueles ponerte los jueves,
casi tanto como la flor del pelo
de aquel domingo que nos cruzamos
en una calle que se llama como tú
porque yo se lo puse.
Casi tanto como el color de tu piel
a juego con tus ojos
y con las ganas que yo tengo de abrazarte.

Y volverás a pasar deprisa,
mañana tal vez,
o el otro,
con tu cabello despeinado
persiguiendo autobuses,
necesitando un cigarro,
otro café
y algún beso.

Y yo a un simple - Hola- de distancia
te estaré esperando como siempre.


Mujer sola.


Mejor signo de libertad
no encuentro
que esta noche a solas sin miedo al teléfono
babeando deliciosamente
la almohada
la pierna atravesada
el camisón enrollado
oscuridad total como me gusta
y la seguridad
de que nadie perturbará
mis sueños
hasta que yo misma lo determine

noche autónoma de absoluto silencio
en la que empiezo
como nunca antes
a gustar de mí.

Mónica Albizúrez Gil

viernes, 24 de mayo de 2013

Éste dolor de cabeza.



Anochece de golpe,
estoy cansado de fingir veranos.

-Hola, ¿te llamas Laura?

Un clavo no saca otro clavo
solo mete más dentro.

Podías sonreírme así como si estuvieras a punto
de salir en una foto de boda.

Yo una vez iba a casarme,
luego recordé que el amor dura
lo que tarda una pastilla de efferalgan
en disolverse en el agua.
Me compré un perro.

A veces me duele la cabeza.
Hoy me duele la cabeza.
Ayer me dolía la cabeza.
Mañana me dolerá no verte en mi cama.
Luego la cabeza.
Otra vez.
Creo que pienso demasiado.

- Te sientan bien esos vaqueros,
¿En serio que no te llamas Laura?

- Si quieres quedamos como amigos.
Eso dijo, como si en la amistad
cupieran los besos
que quiero darle.

Cómo explicarle que yo sólo soy amigo
de quien no quiero follarme.

Hace un mes que no me coge el teléfono
se ha tomado en serio la amistad
hay que reconocerlo.

Se llama caleidoscopio,
mi perro,
le puse un nombre largo
para no tener que llamarlo.
A veces me gustan que las cosas vengan solas.
Como la lluvia.

Tampoco es que sea un imposible,
hay mujeres que por cincuenta euros
se llaman Laura toda la noche
o cinco minutos.
Depende de cómo la pienses.
Pero no por tener una caracola al oído
ya puedes sentir el mar.

Fingir veranos se me da mal,
imagino que las olas que borran mis huellas
lo hacen para que nadie me siga,
casi nunca voy a ninguna parte.
Aunque hubo una vez que tenía la dirección correcta
pero cogí un atajo
y me perdí.

El amor hay que caminarlo despacio
si corres por llegar antes
también estarás borrando el después.

Y después del después no hay nada más
que una pastilla de efferalgan en un vaso de agua
y este dolor de cabeza.


Encefalograma dominical- Ernesto Péres Vallejo



jueves, 23 de mayo de 2013

Sobre un tema romántico.

Cada día visitaba la casa.
Las palabras dispuestas,
la estancia en la penumbra
de las horas más cómplices,
ambos sentados en el corazón de la noche
desvelando al unísono
la dudosa frontera de la luz y la sombra.
Fuera, el verano encendía la isla.
Los ecos llegaban apagados y oscuros
como nos llega aquello que sabemos cercano
y, además, conocemos.
Leíamos de nuevo -renovando aquel rito-
la vida imaginada que enfrentábamos juntos,
la común experiencia: nuestros viejos deseos,
las lecturas amadas, los paisajes que fueron
nuestra propia mirada,
lo que perteneciéndonos era revés y causa,
el final y el principio.
Vivir era más fácil parecía sencillo.
Nos bastaba sentir nuestra voz encendida
y la muda presencia de las altas estrellas.
Al alba, de regreso, cada cual conservaba
la secreta esperanza de iniciar nuevamente
el texto abandonado, el libro perseguido,
por siempre inalcanzable.