¿Por qué,
entre todas las mujeres
es a mí a quien besa
la del deseo
vuelto cara blanca
con puras estrellas rojas
en la espalda,
y un café claro
del tamaño de sus ojos
y cabello largo
ondulado,
diluido en pecas y
lunares,
y en una taza
vuelta barca
en un mar caliente de temblor
y dedos
entrenados para
acariciar la tormenta?
J.CLAVÉLEZ.
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