Mientras dormías toqué tu centro,
mientras dormías
me desdoblé y entré en ti,
las paredes de tu carne
y la mía
se volatilizaron por la pieza
y como sabía que nuestra
anestesia era la misma
viaje a través de la energía
de mis venas
y me sublevé
en medio del caldo
de tu cuerpo caliente,
inconsciente y ahora mío.
El tabaco de yerbas
bravas y amargas
que emanaba de mí
y de ésta espina nuestra
bañada en un sueño desde enero
fue el transporte.
J.Clavélez.
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