
Y ahora soy yo, parado a la sombra del viaducto, quien tiendo los brazos hacia ella desesperadamente y en mis labios aparece esa misma sonrisa inexplicable, esa máscara que he colocado sobre mi pena. Puedo quedarme aquí parado y sonreír inexpresivamente, y por fervorosas que sean mis plegarias, por desesperado que sea mi anhelo, hay un océano entre nosotros; ella seguirá allí en la miseria, y yo caminaré aquí de una calle a otra, con lágrimas ardientes quemándome el rostro.
TROPICO DE CANCER.
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"Pero he aquí: un capullo de sus cinco sentidos de gran dama, una grosera confusión; deduce: traición intolerable. Que el idiota se rinda al caos de la primavera: prefirió retirarse.Y rodeó su casa de alambradas y muros impasables contra el tiempo rebelde tanto que nadie lo rompiera con maldiciones, puños, amenazas....
ni con amor tampoco…."
Sylvia Plath
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