sábado, 14 de enero de 2017

oh qué será.





"yo a vos te conozco de antes,"

me miró
y se me rió.

Nunca te he cogido el olor
pero sos fría
llena de ramas y hojas secas
de ciudad
que igual se pudren
en el bulto de mi corazón
mojado.

Las intenciones tuyas
siempre son esquivas
como que nunca entienden
el frenesí
que te piden mis ojos.

Cuando llegás
es porque te he buscado
porque invocarte
es sólo echarte más lejos,
a veces
llegás cuando hay vino
pero nunca te quedás a los besos
y eso duele.

Ya no sé cuál es tu casa,
me cogés con los vestidos feos
el labial corrido y
las palabras tropezándome en
la lengua
que sólo quiere saber
si por dentro
de pronto si sos caliente.

Yo quisiera que la cabeza tuya
quisiera mis manos,
quisiera las risas
y la poesía que en mi cuerpo
por vos aguarda.

¿te gustaría éste vaivén que borracho te busca las ganas?

La gente por la calle
cuando paso,
casi siempre los hombres
se me quedan viendo
me gritan: linda,
seguro se confunden con tu sombra.

Mirá, verte caminar hacia mí
se resume así:
en la cabeza me empiezan a
dar
unos temblorcitos
pero como que en cada molécula mía
sobretodo,
en el círculo negro
que me encuentro mirando
a los ojos hundida
puede ser en un espejo por ahí
en la calle
en la casa
en un vidrio.

Si me miro
te miro a vos,
si quiero un cigarrillo,
te pienso
y eso es sólo
el principio;
luego
viene la taticardía
porque es claro
que me enfermas
y el único remedio
que me para
cuando vos ya estás cerca
es la cerveza.

Cuando ya estás
como encima de mí
que te siento el aliento
que se me hinchan los senos
de extrañarte y no te importe,
que te tomés todo mi licor
con el que estaba intentando
también volvernos amantes
para cuando vos llegaras
para no tener que estar más
como una boba
siempre pendiente,
siempre buscándote
viendo que no te pongás más
difícil de llegar,
que te despidás bien de mí
que a veces en la semana
me llamés y me digás
veámonos o algo así,
te extraño,
me gusta subir aquí contigo.

Todas éstas escenas tuyas
que me brincan dentro
pero que afuera de la carne
no te incitan ni a compartir
la misma banca conmigo.

Porqué será que no me cogés del cuello
me arrimás a tus labios,
me dejás ponerte las manos
por la cintura,
vos sabes que ya tenes mi cabeza
constante que quiere hacer corto
siempre con las ganas de que me repitas
tu magia por 
la boca.


J.C