lunes, 29 de julio de 2013

La tierra es como un niño que sabe poemas, muchos, muchos...

En tu riqueza luces vestido sobre vestido
alrededor de un cuerpo hecho tan
solo de esplendor,
pero a la vez cada uno de
tus pétalos
es como un negar y rehusar todo ropaje,
A través de los siglos nos llega
tu perfume,
llamándonos con sus nombres
más dulces,
de pronto descansa como un
(   ) en el aíre
pero no lo sabemos nombrar,
lo adivinamos...
y va a incorporarse a él el recuerdo
que suplicamos en las horas
de evocación.

Oh tú, entronizada, para los antiguos
eras un cáliz de borde sencillo.
Para nosotros eres la flor plena e infinita
un objeto inagotable.

He
de evocarte ahora
todavia una vez, y mostrarles,
sustraída,
la hermosa compañera del grito
incallable.


Rainer Maria Rilke.



jueves, 25 de julio de 2013

Nebulosas tatuadas por su cuerpo.


Mi cualidad es callarlo todo, como una muerte
mi cualidad es estar a un lado como la vida perdida
mi cualidad es descubrir la incertidumbre (tu incertidumbre)
mi cualidad es asomar a la ventana y sólo ver pasar señoras gordas con sombrillas
que no alcanzan a proteger de la lluvia sus
prejuiciosos cuerpos llenos de estrías
causadas por parir cuantos hijos hayan sido la voluntad de nuestro señor.

Mi cualidad es una tarde de cielo completamente gris con
mujeres gordas que se sienten incomodas porque sus medias están mojadas
y es posible que empiecen a heder sus pies.


Las gotas de la ventana intentan dibujos de algún rostro,
yo no intento dibujar nada;
llevo varias noches intentando escribir algunos cuentos
de algunas mujeres a quien amo pero
no tengo cerca.
Tu incertidumbre es una tarde de cielo completamente gris
en la que suenan canciones de Pink Floyd e intentas encontrar una para
regalar a una mujer de cabello corto y negro que prometió hacer magia
aun sin saber algún truco de memoria.


La incertidumbre es una tarde de cielo completamente gris
a la que su mañana soleada de cielo blanco y azul
prometía mil trucos, mil canciones, mil fotografías.

La incertidumbre es una tarde de cielo completamente gris
en la que uno cierra los ojos y le es imposible no imaginar las curvas anchas
de una mujer blanca con nebulosas tatuadas por su cuerpo.


La incertidumbre es una tarde de cielo completamente gris
a la que su noche quizá más fría, no promete absolutamente nada.
La incertidumbre le llena a uno la cabeza de conversaciones inventadas
que en las tardes de cielos grises,
o en las mañanas soleadas,
o en las noches frías,
nunca son.

La incertidumbre son las frases que llevan casi un mes escritas
en una libreta que llevabas en el bus camino al teatro o a la fiesta.
La incertidumbre son las manos que no te toman las manos
estando tan cerca.

La incertidumbre es el olor a un café al que le pusieron azúcar.
La incertidumbre es el café que te preparas para sustituir los abrazos que te prometes con alguien y que nunca llegan.
La incertidumbre son las personas que pasaron por el frente de
tu casa y robaron cuantas flores pudieron con la excusa de no saber plantar las propias.
La incertidumbre es olvidar la incertidumbre que te lleva matando ya hace un tiempo cada vez que esas manos que están tan cerca deciden tomar las tuyas
únicamente por el hecho de estar ebrias.


La incertidumbres es leer el Pájaro Azul de Bukowsky y saber que
incluso él escribió poemas de amor a damas que sabrá quien cuanta incertidumbre le causaron.

La incertidumbre es no saber si enviar o no enviar palabras,
es no saber si enviar o no enviar sonidos,
es no saber si enviar o no enviar símbolos.
Es no saber.
La incertidumbre es no saber si empezar a tomar ya el café que preparaste porque quizá está hirviendo aún, es mirar la fotografía de los pies que le pertenecen a las manos ebrias y quedarse sumergido tanto tiempo que el café se enfríe.

La incertidumbre es un café frío.
La incertidumbre son las ganas de tomar un café que no hayas preparado tú mismo.


Tu cualidad empieza donde lo hace mi incertidumbre...


J. C


(tierra)


martes, 23 de julio de 2013

lola porque estás sola.

Qué bien te sienta la tarde
con lo que ha llegado hoy a nuestro jardín de mármol,
de líquenes buscando limoneros con aullidos milenarios,
han venido picarazas
a peinar con su canción el cabello sonrojado
y mustio del crepúsculo caído donde mora el desencanto,
todas las horas jadean
si el ocaso no se está en tus ojos desangrando
y los párpados bostezan y enmudecen como mirlos desolados,

sola queda la cañada
y embriagados los infiernos de mi olor,
y será fiero el futuro que castigue,
que descubra en ceniceros lo que no te dije,

voy a desligar las tibias de este diábolo sombrío
que hay veces que no se acuerda
de que sigo siendo un niño,
y sé que no habrá sedales cuando te hiera mi ausencia,
ojalá me quieras libre, ojalá me quieras,

acuérdate del tragasables que tus lunas derritió
con su forja miserable,
apiádate de los zarzales que tan huérfanos dejó
junto a humeantes panales,

voy a desligar las tibias de este diábolo sombrío
que hay veces que no se acuerda
de que sigo siendo un niño,
y sé que no habrá sedales cuando te hiera mi ausencia,
ojalá me quieras libre, ojalá me quieras,
yo te querré deshecho, te querré en la roca viva,
te querré en todos los versos
que no quieran tus pupilas,
yo te querré en la acequia, te querré en la cumbre fría,
te querré cuando el fantasma de tu voz venga a por mí.



revelaciones hermosas.