domingo, 27 de marzo de 2011

El despertar.


Señor
La jaula se ha vuelto pájaro
y se ha volado
y mi corazón está loco
porque aúlla a la muerte
y sonríe detrás del viento
a mis delirios
Qué haré con el miedo
Qué haré con el miedo

Ya no baila la luz en mi sonrisa
ni las estaciones queman palomas en mis ideas
Mis manos se han desnudado
y se han ido donde la muerte
enseña a vivir a los muertos
Señor
El aire me castiga el ser
Detrás del aire hay monstruos
que beben de mi sangre
Es el desastre
Es la hora del vacío no vacío
Es el instante de poner cerrojo a los labios
oír a los condenados gritar
contemplar a cada uno de mis nombres
ahorcados en la nada.
Señor
Tengo veinte años
También mis ojos tienen veinte años
y sin embargo no dicen nada
Señor
He consumado mi vida en un instante
La última inocencia estalló
Ahora es nunca o jamás
o simplemente fue
¿Cómo no me suicido frente a un espejo
y desaparezco para reaparecer en el mar
donde un gran barco me esperaría
con las luces encendidas?
¿Cómo no me extraigo las venas
y hago con ellas una escala
para huir al otro lado de la noche?
El principio ha dado a luz el final
Todo continuará igual
Las sonrisas gastadas
El interés interesado
Las preguntas de piedra en piedra
Las gesticulaciones que remedan amor
Todo continuará igual
Pero mis brazos insisten en abrazar al mundo
porque aún no les enseñaron
que ya es demasiado tarde
Señor
Arroja los féretros de mi sangre

Recuerdo mi niñez
cuando yo era una anciana
Las flores morían en mis manos
porque la danza salvaje de la alegría
les destruía el corazón
Recuerdo las negras mañanas de sol
cuando era niña
es decir ayer
es decir hace siglos
Señor
La jaula se ha vuelto pájaro
y ha devorado mis esperanzas
Señor
La jaula se ha vuelto pájaro
Qué haré con el miedo.








Ahora, siempre que lea
"Señor, la jaula se ha vuelto pájaro"
Te voy a recordar
Para: MC. C del Gallego.

domingo, 6 de marzo de 2011

NANAS DE LA CEBOLLA.



(...)

Alondra de mi casa,
ríete mucho.
Es tu risa en los ojos
la luz del mundo.
Ríete tanto
que en el alma al oírte,
bata el espacio.

Tu risa me hace libre,
me pone alas.
Soledades me quita,
cárcel me arranca.
Boca que vuela,
corazón que en tus labios
relampaguea.

Es tu risa la espada
más victoriosa.
Vencedor de las flores
y las alondras.
Rival del sol.
Porvenir de mis huesos
y de mi amor.

La carne aleteante,
súbito el párpado,
el vivir como nunca
coloreado.
¡Cuánto jilguero se remonta, aletea, desde tu cuerpo!

Miguel Hernández.


sábado, 5 de marzo de 2011

Otra noche.

En el cielo me prohíben pintar y vivir,
En el cielo me suplican llorar.

Cada noche que lloro,
Es una noche que agonizo;
Si tan sólo la muerte me perteneciera,
Si tan sólo un pez dorado arrastrara mares y penas,
Si escupiera soles y arcoíris a blanco y negro.

Prefiero una tierra de tangos, esquinas y gatos.
Prefiero un aire de huesos, errores y vinos.

En el cielo me prohíben pintar y vivir, vivir y pintar.

Tal vez, este universo son personas o estrellas,
Falsedades o existencias.
Tal vez, las rayas y los puntos, son como triángulos y elipses.
Tal vez, abril sea octubre.

Tal vez, ya este borracha de cafeína y negrura.

Sólo siento, no veo,
Mis ojos están nublados por nicotina a base de aceite,
A base de sueños, a base de ardor.

Está vida, o la tuya, o la de él,
Serán intoxicación o distancia, o basureros amarillos
O alas de bicicleta.

Hoy es un día de luciérnagas,
de prismas que alumbran mis ojos ciegos…



Everett Ruess...


Everett Ruess nació en 1914 y se supone que murió a los 20 años, osea en 1934. Fue un artista que exploró los desiertos de Estados Unidos, siempre en soledad con sus dos burros. Entró en los desiertos y no regresó jamás. Un buscador de belleza...
Copio su última carta a su hermano en noviembre de 1934...

En lo que respecta a mi regreso a la civilización, no creo que se produzca pronto. Todavía no me he cansado de los espacios salvajes; al contrario cada vez estoy más entusiasmado con su belleza y la vida de vagabundo que llevo. Prefiero una silla de montar antes que un tranvía, el cielo estrellado antes que un techo, la senda oscura y difícil que conduce a lo desconocido antes que una carretera de asfalto, y la profunda paz de la naturaleza antes que el descontento de las ciudades. ¿Me culpas de que siga aquí, en el lugar al que siento que pertenezco y donde yo y el mundo que me rodea somos uno? Es cierto que añoro la compañía inteligente, pero hay tan pocas personas con quienes compartir las cosas que tanto significan para mí que e aprendido a contenerme. Me basta con estar rodeado de belleza (...)
Incluso por lo que deduzco de tus breves comentarios, sé que no podría soportar ni la rutina ni el ajetreo de la vida que estas obligado a llevar. Creo que nunca podré echar raíces. A estas alturas he buceado tanto en las profundidades de la vida, que preferiría cualquier cosa antes que tener que conformarme con una existencia sin emociones.

Vía Fatuzzo.