jueves, 5 de abril de 2012

Cielo Claro.

El catorce de marzo ella no estaba feliz ni triste, sólo estaba drogada, sólo estaba sola y tenía miedo; y cuando tiene miedo, escribe mucho, y escribe por todas partes, en el piso, en las paredes, en los espejos, en el cielo. Estaba asustada, por que todos escriben mejor y por que cuando escribe en el cielo, llueve y se borra…

Cuando dejó de llover, salió para comprar vodka pero la licorera estaba cerrada, camino hasta una tienda, compro una cerveza y un cigarrillo. Ese mismo día, Cielo había peleado con su familia, y siempre que ella peleaba con alguien pintaba un poco menos y lloraba un poco más. Clara encontró a Cielo en esa tienda, y las dos lloraron juntas.

Clara no tenía familia por eso Cielo fue su nueva familia.

Dejo de ser catorce de marzo y empezó a ser cualquier día, Clara y Cielo se subieron a cualquier bus, se bajaron en cualquier parada y buscaron cualquier dos columpios para fumar cualquier dos cigarrillos.

Esa tarde no hubieron muchas risas, ni se sintió el olor a sudor y a florecitas, nadie dibujo nada, ni se mancharon cosas con goticas de vino. No hubo cualquier pregunta sobre el dolor. Pero el cielo parecía algodón y eso bastó para que la tarde fuera perfecta.

{J.C.}



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