miércoles, 20 de abril de 2016

...

Se la tragó la tierra de los negros
se la tragó el mar que conoció
y los peces que se ahogaron
para sanar su hambre.

Se quedó ida,
muda,
estampada a la lejanía,
viajando
sin mí,
sin nadie;
con arena en las
plantas de los pies,
con arena en los recuerdos
de un amor mentiroso.

Ya absoluta de ella.

Y yo, de nuevo,

Absoluta mía.

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