domingo, 25 de julio de 2010

POSESIÓN INSENSATA:

-Oh Sofía, mis labios como el fuego, ilusos, exigen aquello, una parte de mi sueña con el ansiado rose, cerca al caballero desconocido y ¡Oh Sofía! Aunque un fragmento de mi existencia aun lo ignora, lo puedo sentir tan abrazador como el carbón al rojo vivo en una noche de incesante frio; ¡dime Sofía! ¿Cómo se puede amar a un anónimo insensato, a un desconocido que me causa tanto… brío? ¡Tal enriquecimiento a mi ser debería estar frente mi deslumbrante mirada! ¡Lo imploro en este mismo instante!


-No lo se dama incrédula, pero lo ansias a tal punto de pretender palidecer por el, te delatas querida, hasta por el aire que guardas, ¡Si Isabella! Por la sedosidad de tu cabello al caer después de ser agitado por la brisa que roza tu piel, por como sueñas herida, por como tan imposible lo vez, por como te reflejas en un espejo queriéndolo ver…


-No sabes cuanto me regaño por eso Sofía, pero ahora la obsesión, confirma lo que siento, y esto no es nombrar mucho a mi caballero de armadura de plata dura, no es nombrarlo mucho como lo que nos separa, ¡Siempre presente! En mis noches y en mis días, dueño de suspiros y amarguras.


-No te regañes por eso Isabella, pero debes estar callada y siempre que despiertes excitada por la emoción de al menos imaginarlo, no vallas hacia la luz de tu balcón tentador ¡Oh, por favor Isabella! ¡Las garras posesivas asechan! ¡Te asechan desde pequeña! Pretenden volverte suya hasta el punto de que tu chillido sea desgarrante como el azul del mar, como el verde del pasto, como el rojo de una rosa, como el blanco de un papel ¡Isabella, Isabella!
Lo se, por que cuando cae la aurora mi cuerpo, obligado… lo alberga a el.








-Te quiero. te quiero por tu bravura y tu tenacidad, y tu brio y tu implacante dureza. ¿Cuanto te quiero? Tanto que, hace un momento, hubiera ultrajado la hospitalidad de la casa que nos ha acogido ami familia y ami, hubiera olvidado la esposa mas buena que jamas pueda tener un hombre... Te quiero lo bastante para haberte poseído aquí mismo, sobre el barro como un…
LO QUE EL VIENTO SE LLEVO. 





No hay comentarios:

Publicar un comentario